Revuelo, lugar de conocimiento vivo

Compañía: Corporación Cultural Atabaques. 
Obra: Revuelo.
XI Festival de Danza en la Ciudad.
Fecha de la función: 17 de noviembre de 2018.

Por Clara Nataly Rocha 

Atabaquesraíz, rito y liberación. Como su nombre lo indica, esta agrupación cartagenera, dirigida por el maestro Wilfran Barrios, busca promover y difundir las raíces afrocolombianas por medio de la danza. Sí que lo lograron el pasado sábado 17 de noviembre en una fría y lluviosa noche bogotana. A la altura de la carrera Séptima con calle Veintiséis, sin importar el clima, nos transmitieron el calor y el sabor del pueblo de Mahates, lugar en el que realizaron una investigación minuciosa que consiguió pasar de la palabra al lenguaje corporal, dando como fruto la obra que presentaron: Revuelo.

Revuelo es una creación colectiva que, desde su dramaturgia, se propone dos cosas: por un lado, homenajear al maestro y sabedor Eugenio Ospino, y por el otro enaltecer el trabajo del pescador, permitiéndonos evidenciar lo que sucede cuando los pecadores se van durante tres días a lanzar sus redes, y cuando regresan a su pueblo a festejar y bailar son de negro.

Este fragmento de la obra tiene un carácter especial, porque deciden hacer parte del cuerpo de baile a integrantes del grupo Cimarrones de Mahates, quienes también participaron de la investigación. Javier, uno de los integrantes de Cimarrones, afirma que lo hacen porque en ello encuentran un disfrute, una identificación, liberación y resistencia; además, aunque no es una danza de mujeres, ellas se unieron también a la obra, porque se busca resaltar el trabajo de las bolivarenses, las cuales hacen parte fundamental de este ir y venir que completa la cotidianidad de Mahates, donde se vive en revuelo.

Todo lo recrean por medio de una combinación de danza contemporánea y afrocolombiana. Hay giros, saltos, expansiones, contracciones y partituras de piso, y también aparecen los rasgos esenciales del son de negro: las gesticulaciones exageradas del rostro, y el maquillaje artesanal que enmarca esos mismos gestos (los ojos y la boca) y el movimiento de todo el cuerpo.

El entrelazamiento de imágenes de enfrentamiento y seducción, el acompañamiento de un grupo de tambores que entre su repertorio incluyeron la emblemática canción Rama de tamarindo, y un muy buen balance de las luces lograron crear imágenes elocuentes y contundentes, que fueron potenciadas por medio de objetos como redes de pescar, canoas y canastos. Estos elementos, aparte de identificar la actividad económica más importante de Mahates, fueron utilizados de maneras diversas en la tarima para ayudar a abreviar cinco años de estudio en noventa minutos de una obra pedagógica y entretenida.

Finalmente, Revuelo nos invita a los capitalinos a seguir promoviendo espacios artísticos, donde el primer salón de clases sea el cuerpo, que es el lugar por el cual transita la historia viva que se traduce en movimientos, para generar en nuestro ser un sentido de pertenencia, de amor, de sed y deseo por expandir y fortalecer las relaciones de identidad que construyen país.

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