Espacio para edificar otros mundos

En la noche del sábado 1 de junio de este 2013, se cerró la tercera versión del Festival Impulsos, Danza y Cuerpo Hoy. Bogotá vibró al ritmo de funciones en tres diferentes espacios: La Casa del Teatro con la obra Maravillosa (Ecuador/Uruguay), el Teatro Gilberto Alzate Avendaño con Maneries (Argentina), y La Factoría L’explose, con los performances El rastro de Cirene y Espacio elástico (Colombia). Este escrito se centrará en este último trabajo.

La Factoría L’explose, ubicada en un sector con cierto tono uderground del barrio Galerías, es un espacio inquieto en donde ensayan diferentes compañías y agrupaciones de artes escénicas, pero también funciona como espacio para funciones y presentaciones de obras y trabajos en proceso. Espacio elástico es una propuesta de Ángel  Ávila, resultado de un experimento entre amigos, quienes le apuestan a la deconstrucción de la noción rígida de espacio escénico; es decir, es una provocación para que tanto performers como público diseñen y rediseñen conjuntamente el espacio en el que se encuentran. Numerosas cajas de cartón salen a escena. Por un lado son las materias que, por su versatilidad y liviandad, abren infinitas posibilidades de conformación del espacio y, de otra parte, son el símbolo que detona el juego como estrategia de construcción. La caja como alegoría, quizás nostálgica, del juego de construir sillas, mesas, casas, castillos, pirámides, carros, vestidos, túneles, etc., la caja como alegoría al juego de edificar otros mundos hechos de cartón. El espacio escénico se transforma en un campo de juego, en donde varios asistentes construyen edificios, cuevas, escondites, caminos, deslizadores, barricadas, y se lanzan cajas entre sí, sin importar a quien le caigan encima.

Espacio elástico apareció como muestra performática en el marco de la programación del Festival Impulsos. RoseLee Goldberg, pionera de los estudios sobre artes performativas,  en la introducción a su libro Performance. Live Art Since the 60’s, observa que el performance, como arte vivo, unifica lo psicológico con lo sensorial, lo conceptual con la práctica, el pensamiento con la acción. El performance abre camino para que tanto artistas como espectadores sean cada vez menos receptores pasivos del material cultural y se conviertan en constructores activos de ideas. Es posible que a través del performance se deconstruyan los límites de los imaginarios de lo decente y lo aceptable. La audiencia es confrontada, cuestionada y desafiada por la presencia del artista, quien experimenta de manera provocadora con la percepción sensorial, el comportamiento psicológico, la sexualidad emancipada, la metáfora y la teatralidad. [1] En este sentido, la propuesta de Ángel Ávila se ubica en este paisaje de las artes performativas.

Como se describe más arriba, el espacio escénico de la Factoría se alteró gracias a la construcción conjunta entre artista y audiencia. Sin embargo, se siente en Espacio elástico cierto exilio del cuerpo, lugar donde se unifica lo psicológico, lo sensorial, lo conceptual, lo práctico, el pensamiento y la acción. La experiencia en esta muestra performática abre la reflexión por el potencial del cuerpo como espacio elástico, espacio que admite muchas interpretaciones, posible de construir, diseñar y reconfigurar; el cuerpo como terreno para edificar otros mundos hechos de su propia materia.


[1] GOLDBERG, RoseLee. Performance. Live Art Since the 60s. Londres: Thames & Hudson, 2004. p. 9

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